Hambrienta y con sed
Despierto de mi delirio
Bajo el Árbol del ahorcado
Ya no hay sangre
Ya no hay sombras
Solo la cuerda
Que el tiempo ha desgastado
Me siento bajo sus hojas
Siento la presencia de los ajusticiados
Que aquí perecieron
Ante los ojos del impávido victimario
Nobles y fuertes soldados
Traicionados e injuriados
Por un pueblo indiferente y airado
Que deseaba regar con sangre el árbol
Ya no hay sangre
Ya no hay sombras
Hasta los muertos se han marchado
Solo soy el trovador de los que aquí quedaron
Fantasmas atrapados en el Árbol del ahorcado.
Novia.
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